Una etapa llega a su fin…
La práctica docente fue muy importante en mi formación
y en mi vida, desde el primer momento
adquirí mucho compromiso con la cátedra, con mis alumnos, mis compañeros al
realizarles observaciones y conmigo mismo. Fue una cursada compuesta de
muchísimas sensaciones y actividades.
El grado de compromiso con cada tarea propuesta fue el
mismo, siempre entregué las cosas en tiempo y forma, lo que varió fue el nivel
de implicancia. Eran muchas actividades y no todas me gustaban por igual, a
algunas di más prioridad que otras, como las planificaciones, el diagnóstico
institucional y áulico, el diario y la asistencia a clases; con ellas no sólo
cumplí sino que las disfruté. En el
caso del blog folio no fue igual, en él solo subía información para que no
quedara vacío, pero no le encontré demasiado sentido a su utilización ya que
para intercambiar opiniones y compartir lo trabajado teníamos las clases de la
praxis.
Como estudiante en la praxis me comporté como en todas
las materias, sumándole el particular de que todo lo que se proponía por lo general me interesaba y lo hacía con
gusto y placer. Reconozco que en el último tiempo anduve algo angustiado y eso
me hacía actuar como si estuviera enojado con todo y todos, pero no fue así, a
veces lo que expreso es contrario a la que siento, lo que no puedo negar es que
como fui estudiante de esta materia lo fui de otras también, que se merecían la
misma responsabilidad, y eso me provocó mucho cansancio.
He experimentado un año inolvidable, adquiriendo
muchos aprendizajes y conocimientos nuevos, pude pulir muchas acciones y
actitudes que traía incorporadas desde el inicio de la carrera, de apoco fue
identificando fortalezas y debilidades a la hora de dar clase. Emprendí un
camino, lo transité y llegue al primer destino, ahora comienza otro recorrido,
que apoyándome en todo lo que descubrí en el primero, podré obtener nuevos
resultados. Hoy no soy el mismo que al inicio del año, ya no tengo tantos
miedos e incertidumbres, porque me animé a explorar y sentir este trayecto de
formación. Más allá de las dificultades, lo que más pesa en mi balanza son los
gratos y buenos momentos que viví, lo que aprendí, los amigos que coseché y lo
feliz que fui cuando sentía que las cosas marchaban por buen rumbo.
A un paso terminar la carrera reafirmó que me gusta lo
que hago, lo disfruto y estoy dispuesto a afrontar cualquier dificultad por la
docencia, el contacto con mis alumnos será recordado por siempre. Cada error o
cada paso en falso será tenido en cuenta para poder progresar y avanzar. Hoy le
digo “hasta luego” a un espacio que me hizo muy feliz, porque no sólo me
relacioné con nuevos conocimientos, sino que me permitieron y me permití
conectarme con lo más profundo de mi interior y de allí construir el camino
recorrido.
Lautaro
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