miércoles, 7 de diciembre de 2011


Una etapa llega a su fin…
La práctica docente fue muy importante en mi formación y en  mi vida, desde el primer momento adquirí mucho compromiso con la cátedra, con mis alumnos, mis compañeros al realizarles observaciones y conmigo mismo. Fue una cursada compuesta de muchísimas sensaciones y actividades.
El grado de compromiso con cada tarea propuesta fue el mismo, siempre entregué las cosas en tiempo y forma, lo que varió fue el nivel de implicancia. Eran muchas actividades y no todas me gustaban por igual, a algunas di más prioridad que otras, como las planificaciones, el diagnóstico institucional y áulico, el diario y la asistencia a clases; con ellas no sólo cumplí sino que las disfruté.   En el caso del blog folio no fue igual, en él solo subía información para que no quedara vacío, pero no le encontré demasiado sentido a su utilización ya que para intercambiar opiniones y compartir lo trabajado teníamos las clases de la praxis.
Como estudiante en la praxis me comporté como en todas las materias, sumándole el particular de que todo lo que se proponía  por lo general me interesaba y lo hacía con gusto y placer. Reconozco que en el último tiempo anduve algo angustiado y eso me hacía actuar como si estuviera enojado con todo y todos, pero no fue así, a veces lo que expreso es contrario a la que siento, lo que no puedo negar es que como fui estudiante de esta materia lo fui de otras también, que se merecían la misma responsabilidad, y eso me provocó mucho cansancio.
He experimentado un año inolvidable, adquiriendo muchos aprendizajes y conocimientos nuevos, pude pulir muchas acciones y actitudes que traía incorporadas desde el inicio de la carrera, de apoco fue identificando fortalezas y debilidades a la hora de dar clase. Emprendí un camino, lo transité y llegue al primer destino, ahora comienza otro recorrido, que apoyándome en todo lo que descubrí en el primero, podré obtener nuevos resultados. Hoy no soy el mismo que al inicio del año, ya no tengo tantos miedos e incertidumbres, porque me animé a explorar y sentir este trayecto de formación. Más allá de las dificultades, lo que más pesa en mi balanza son los gratos y buenos momentos que viví, lo que aprendí, los amigos que coseché y lo feliz que fui cuando sentía que las cosas marchaban por buen rumbo.
A un paso terminar la carrera reafirmó que me gusta lo que hago, lo disfruto y estoy dispuesto a afrontar cualquier dificultad por la docencia, el contacto con mis alumnos será recordado por siempre. Cada error o cada paso en falso será tenido en cuenta para poder progresar y avanzar. Hoy le digo “hasta luego” a un espacio que me hizo muy feliz, porque no sólo me relacioné con nuevos conocimientos, sino que me permitieron y me permití conectarme con lo más profundo de mi interior y de allí construir el camino recorrido.
                                                                                    Lautaro

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